Para todos aquellos que dicen, opinan, murmuran, apuntan que abuso, recurro frecuentemente, violo, tomo a NADA y a TODO. Decirles que sí, que me han descubierto. Soy una falsa. Y ¿qué?.
Si lo que me importa es escribir y que mi propósito es que esas tonterías que plasmó en la espuma, las telarañas que son las redes sociales, impresionen, motiven, o gusten o por el contrario disgusten; hagan reír por lo absurdo o duden del estado mental del susodicho que por momentos se cree escritor (a). Vaya fantasmada dirá. Y ¿qué?- les preguntó yo.
Sa-saray.
miércoles, 26 de mayo de 2010
martes, 25 de mayo de 2010
Pokemon.
Dícese de unos bichos raros salidos de la mente enloquecida de algún pirómano aficionado a chuparse el dedo meñique del pie derecho.
Sin saber que objetar.
Todo persigue a nada y nada no detiene a todo.
Nada le pide disculpas por los agravios cometidos y todo se alborota impidiendo que las palabras de nada lleguen a ser (palabras).
Todo, enfurecido golpea a nada, mientras que nada paralizada deja ser el manto del desahogo de todo para que luego no sea nada.
Nada cabizbaja prosigue sus andadas para temer volver a casa donde todo la esperará para devolverle "todo" lo que no puede ser y nada de lo que será.
nimio.
usted tendrá cada clase de beso en cada clase de camino en cada lugar posible cuando estemos juntos...
Conversación. De Jaime Gil de Biedma.
Los muertos pocas veces libertad
alcanzáis a tener, pero la noche
que regresáis es vuestra,
vuestra completamente.
Amada mía, remordimiento mío,
la nuit c’est toi cuando estoy solo
y vuelves tú, comienzas
en tus retratos a reconocerme.
¿Qué daño me recuerda tu sonrisa?
¿Y cuál dureza mía está en tus ojos?
¿Me tranquilizas porque estuve cerca
de ti en algún momento?
La parte de tu muerte que me doy,
la parte de tu muerte que yo puse
de mi cosecha, cómo poder pagártela...
Ni la parte de vida que tuvimos juntos.
Cómo poder saber que has perdonado,
conmigo sola en el lugar del crimen?
Cómo poder dormir, mientras que tú tiritas
en el rincón más triste de mi cuarto?
miércoles, 19 de mayo de 2010
martes, 18 de mayo de 2010
Tú final se adelantó creí que siempre estarías.Y fue tan rápido tu adiós que la boca me dejó tantas frases perdidas.Aunque ya no estas aquí tal vez me puedas oir. Por mucho que pase jamás podré acostumbrarme te llevo tan dentro de mi. No puedo olvidarte te veo en todas partes cuanto me cuesta vivir sin ti. Te ganaste el corazón de todo el que te conoció con esa
dulce sonrisa y esa preciosa mirada.
Poema de Ada Salas.
Todo en suspenso. La misma
luz. El mismo aire
ciego de preguntas.
Para cuándo la huida
del temor
el fin del hambre.
De esta hambre que sólo
se alimenta
del imposible fruto de la calma.
miércoles, 12 de mayo de 2010
Llovía estrepitosamente, y el cielo amenazaba con enfurecerse, mientras sus ojos buscaban el portal número 94 . La noche era cerrada, el cielo estaba encapotado y parecía que las horas cabalgarían lentas en su curso de escapar del reloj envejecido que vigilaba la fachada norte de la mansión.
Se sobresaltó al estruendo del timbre que le hizo despertar de un sueño en el que todo parecía tan extraño que se asombró al confundirlo con la realidad. No sabía dónde se encontraba. Entró en conflicto con su yo al presentársele la variable de dejarse vencer por la magia plácida de la sensación de hallarse libre, sumido en un nube de algodón dónde nada podía hacerle daño, dónde el camino era vallado.
Con mente difusa se incorporó con un espíritu desganado como respuesta al estridente, ensordecedor ruido que seguro una mano inocente había efectuado. Tras desempeñar un inconmensurable esfuerzo, al fin acertó a ponerse de pie y dar el primer paso. Antes de comenzar la peripercia hacia la puerta intentó mantener el equilibrio, sin éxito. El resultado fue un trompicazo de esos que no se olvidan ni con un carro de pomadas de antiflamatorio y friegas de agua caliente con sal recostado en la cama recordando lo imbécil que se es en ocasiones de porcentaje elevado. Incorporó su débil y magullado cuerpo y lo dirigió en dirección opuesta al lugar dónde se situaba la cama para alcanzar el batín y verterse unas gotas de esa colonia que cierto día su madre le obsequió por conmiseración con su saber estar.
Con pasos de zombi logró dar respuesta a la insistencia del que en el portal del bloque se hallaba buscando un ¿quién es? Ese era Zacarías.
En la sobrecubierta del piso se posicionaban en la escena decorativa dos figuras neoclásicas escoltadas por capiteles corintios traídos del pasado griego, o mejor cabría decir, usurpados a escondidas de la memoria de la majestuosa Grecia. A la izquierda de la escenografía se localizaba con tono lacustre la imagen difuminada de la que en su época fue alguien en la familia Osorio. (Inacabado).
Se sobresaltó al estruendo del timbre que le hizo despertar de un sueño en el que todo parecía tan extraño que se asombró al confundirlo con la realidad. No sabía dónde se encontraba. Entró en conflicto con su yo al presentársele la variable de dejarse vencer por la magia plácida de la sensación de hallarse libre, sumido en un nube de algodón dónde nada podía hacerle daño, dónde el camino era vallado.
Con mente difusa se incorporó con un espíritu desganado como respuesta al estridente, ensordecedor ruido que seguro una mano inocente había efectuado. Tras desempeñar un inconmensurable esfuerzo, al fin acertó a ponerse de pie y dar el primer paso. Antes de comenzar la peripercia hacia la puerta intentó mantener el equilibrio, sin éxito. El resultado fue un trompicazo de esos que no se olvidan ni con un carro de pomadas de antiflamatorio y friegas de agua caliente con sal recostado en la cama recordando lo imbécil que se es en ocasiones de porcentaje elevado. Incorporó su débil y magullado cuerpo y lo dirigió en dirección opuesta al lugar dónde se situaba la cama para alcanzar el batín y verterse unas gotas de esa colonia que cierto día su madre le obsequió por conmiseración con su saber estar.
Con pasos de zombi logró dar respuesta a la insistencia del que en el portal del bloque se hallaba buscando un ¿quién es? Ese era Zacarías.
En la sobrecubierta del piso se posicionaban en la escena decorativa dos figuras neoclásicas escoltadas por capiteles corintios traídos del pasado griego, o mejor cabría decir, usurpados a escondidas de la memoria de la majestuosa Grecia. A la izquierda de la escenografía se localizaba con tono lacustre la imagen difuminada de la que en su época fue alguien en la familia Osorio. (Inacabado).
martes, 11 de mayo de 2010
Se encaminó con paso tambaleante y con intenciones dubitativas hacia una nada.
Nada que lo era todo y no significaba nada.
Nada. Nada sentía dentro de sí.
Nada hacia que su vida cambiara.
Nada en un bosque de aguas saladas dónde la vida no le sirve de nada.
Nada es la sensación que brota de sus entrañas e impulsa su cuerpo a emprender algo más que nada.
Nada sirve para superarse en las situaciones en lo que todo se vuelve turbio, espeso, confuso, y te llevan a no apostar por nada.
Nada es todo, pero no es nada.
Nada para mí y para él son dos cosas distintas y vacías de nada.
Nada siente. Nada ve. Nada palpa. Nada apuesta. Nada vence. Nada arriesga. Nada consigue. Nada vale. Nada es.
Nada todo.
Desembocó en un nada y percibió que nada era todo lo que un día tuvo y el viento del norte la arrebató de manera despiadada para mostrar que todo es nada y nada es todo. Para mostrar la imaginación de una niña que creció y maduró sin ser nada y por más que nada. Por lo que la vida la ofreció. TODO.
viernes, 7 de mayo de 2010
El rinoceronte ha despertado de su letargo o eso quisiera hacer.
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