miércoles, 12 de mayo de 2010

Llovía estrepitosamente, y el cielo amenazaba con enfurecerse, mientras sus ojos buscaban el portal número 94 . La noche era cerrada, el cielo estaba encapotado y parecía que las horas cabalgarían lentas en su curso de escapar del reloj envejecido que vigilaba la fachada norte de la mansión.
Se sobresaltó al estruendo del timbre que le hizo despertar de un sueño en el que todo parecía tan extraño que se asombró al confundirlo con la realidad. No sabía dónde se encontraba. Entró en conflicto con su yo al presentársele la variable de dejarse vencer por la magia plácida de la sensación de hallarse libre, sumido en un nube de algodón dónde nada podía hacerle daño, dónde el camino era vallado.
Con mente difusa se incorporó con un espíritu desganado como respuesta al estridente, ensordecedor ruido que seguro una mano inocente había efectuado. Tras desempeñar un inconmensurable esfuerzo, al fin acertó a ponerse de pie y dar el primer paso. Antes de comenzar la peripercia hacia la puerta intentó mantener el equilibrio, sin éxito. El resultado fue un trompicazo de esos que no se olvidan ni con un carro de pomadas de antiflamatorio y friegas de agua caliente con sal recostado en la cama recordando lo imbécil que se es en ocasiones de porcentaje elevado. Incorporó su débil y magullado cuerpo y lo dirigió en dirección opuesta al lugar dónde se situaba la cama para alcanzar el batín y verterse unas gotas de esa colonia que cierto día su madre le obsequió por conmiseración con su saber estar.
Con pasos de zombi logró dar respuesta a la insistencia del que en el portal del bloque se hallaba buscando un ¿quién es? Ese era Zacarías.
En la sobrecubierta del piso se posicionaban en la escena decorativa dos figuras neoclásicas escoltadas por capiteles corintios traídos del pasado griego, o mejor cabría decir, usurpados a escondidas de la memoria de la majestuosa Grecia. A la izquierda de la escenografía se localizaba con tono lacustre la imagen difuminada de la que en su época fue alguien en la familia Osorio. (Inacabado).

1 comentario:

  1. sublime,genial,sin palabras me as dejado.escribes de lujo,de cine,creo que tu futuro podria ser escritora.lo as pensado alguna vez?
    pd:lo digo en serio completamente.

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