viernes, 30 de julio de 2010

Experiencia inolvidable y camino recorrido. Debería empezar a espurruchear mis emociones, pero no me dejan ni aun balbucear. Intento retener en mis ojos esas alocadas lágrimas que quieren escapar y que lo conseguirán. De hecho ya en varias ocasiones escaparon de puntillas sin desear ser vistas por aquellos ojos curiosos, lejanos pero próximos que permanecen al acecho de mis tristeza nostálgica.
Haber encaminado mis pulgadas hacia esta pedazo pero minúscula tierra ha sido un gran acierto, una verdadera ilusión.
Todo parecía tan lejano y sigue estando lejos ese principio al que le costaba llegar y al que le molesta regresar.
Limerick siempre estará inmerso en mi yo.
Sólo me queda el consuelo de lo vivido y de que en un futuro no muy lejano regresaré, con otras personas quizás, con otras inquietudes, con otros sueños o tal vez de paso, pero sí que sé que seguiré ese caminito de sensaciones compartidas y arrebatadas que en este punto apartado de la aglomeración de la vida encontré. ¿Y sabes dónde? Pues quién me lo iba a decir. Pero me topé con ello en una agradable ciudad del sur de Irlanda que lleva por nombre "Limerick".
Retornaré como el pájaro al nido, como yo a mi yo.

Limerick City. I will mess you (it)