martes, 25 de octubre de 2011

Aún con la mancha roja lo veo. No me cansaré de recordar aquellos momentos. Los escalofríos, la sonrisa a cada instante, el levantarme con un pensamiento, el esperar esa llamada, el lugar para hablar, las conversaciones absurdas, los casi perfectos. Esos casi perfectos que de algún modo se hicieron realidad y que el tiempo probó. En la lejanía los recuerdos van y vienen, o eso quiero creer. Detienen una ilusión, al menos una de todas las que rodean mi mente. Parecen un péndulo sin cuerda. Retornan al pasado para volver a mi, al presente. Y, mientras lo hacen, hay alguien por ahí, que espero que esté bien y sea tan positiva y feliz como lo soy yo. A heart.

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