jueves, 29 de diciembre de 2011

Cuando estás enamorada tu felicidad depende de esa persona y aunque a veces ni lo sepa, con una simple sonrisa, un insignificante roce de manos al pasar cerca, un educado "hola" o el más mínimo gesto, por muy tonto que parezca, puede cambiarte el día porque cuando estás enamorado todo sube y baja rápido, una montaña rusa de emociones de la que solo te bajas cuando sabes que esa persona siente lo mismo. Entonces, no tienes miedo de nada, simplemente eres feliz. Lo único que te pasa es que estás enamorada.

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